Ésta
receta, me la facilitó mi amiga Mercedes hace muchísimo tiempo.
La hice
muchísimas veces pues, a mí me encanta,
la salsa queda buenísima.
Ésta
receta recuerdo que, cuando aún mi padre vivía, se la hice y me olvidé de
echarle sal, le pregunte como estaba y me dijo que riquísimo, le dije; pues me
olvidé de echarle sal, y me dijo; pues no se nota está muy bueno… recuerdo sus
palabras como si fuera hoy, te quiero papá.
Os cuento
esto porque, mi padre era el que le añadía sal a las comidas siempre, siempre
las encontraba sosas y ésta vez, pues me quedé sorprendida con su respuesta.
Así que,
los que no podéis tomar sal lo cocináis sin ella, que va a estar igual de rico.
El conejo
de por sí, es una carne con poquísima grasa y éste guiso, no le añade ninguna,
por lo tanto es aconsejable para los que sigan una dieta de
adelgazamiento o simplemente quieran comer sano.
adelgazamiento o simplemente quieran comer sano.
Fácil y deliciosa.
Ingredientes:
1 conejo
Aceite de oliva
Sal
7 dientes grandes de ajo
Un puñado de perejil fresco
El zumo de dos limones
½ cucharadita de harina
Preparación:
Primeramente troceamos el conejo y reservamos.
En una cacerola con un chorreón de aceite de oliva
echamos el conejo, con un poco de sal y lo doramos.
Una vez dorado, le añadimos el zumo de los limones,
volteamos un par de minutos y lo cubrimos de agua.
Troceamos los dientes de ajo y el perejil en una picadora.
Lo volcamos sobre el conejo y dejamos cocinar hasta que el conejo esté tierno,
unos 45 minutos y antes de que se quede en su salsa, le echamos media
cucharadita de harina disuelta en un dedito de agua y lo movemos vaivén hasta
que se incorpore.
Una vez que se quede en su salsa, servimos caliente.