La berza
es un potaje típico de Andalucía, sobre todo en Sevilla y en Cádiz.
Quizás sea
en Jerez de la Frontera donde se realiza mejor éste plato, o al menos es donde
lo he probado más rico, por supuesto, sin despreciar a los demás.
Tiene muchas variantes, referente a la verdura que se
le eche a lo olla.
Hoy, la he
cocinado con éstas que son las que más me gustan, pero en éste caso, la he
hecho light como dice mi madre, os preguntaréis ¿light?, sí, pues, porque la
berza lleva su pringá aparte de las verduras y hoy como quiero comer más sano
pues la hice sin grasa.
La pringa,
para quien no lo sepa o viva en otra ciudad o país y no lo conozca, es un
conjunto de ingredientes que lleva carne de cerdo, carne de ternera, costillas
de cerdo, tocino de cerdo, tocino de papada (que lleva carne), chorizo y
morcilla. Diréis… ¡que rico!
Pues todo
esto, se toma troceado en pequeñas porciones mezclado y ayudado por pan, que es la forma tradicional
de comerla y de ahí su nombre de pringá.
Otro día, os prometo que subo la auténtica, ahora empezamos con la receta light.
Espero que os guste.
Ingredientes:
½ cebolla mediana
2 dientes de ajo
1 bote de garbanzos cocidos (400 gr.)
200 gr. de judías verdes
200 gr. de calabaza
2-3 patatas medianas
Aceite de oliva
2 ramitas de yerbabuena
Pimiento molido
Sal
Preparación:
En una olla a presión con un poco de aceite de oliva,
echamos la cebolla y los dientes de ajo picados. Lo pochamos y a continuación
agregamos las judías verdes, los garbanzos enjuagados y escurridos, la calabaza
cortada a trozos, y las patatas peladas y cortadas a trozos
también.
Lo mezclamos todo y cubrimos de agua. Añadimos la yerbabuena, la sal y el pimiento molido hasta que esté rojito.
Cerramos la olla y dejamos durante 20 minutos.
Cuando termine, abrimos la olla y si queda un poco de
líquido lo dejamos reducir hasta que se quede en su punto.